El órgano de la visión es, probablemente, el más importante punto de relación del ser humano con el medio. La AGUDEZA VISUAL es el parámetro que nos determina su grado de funcionalidad. De ahí que, su determinación, sea la exploración fundamental que dictamine la cantidad de daño corporal sufrido. A pesar de su bilateralidad, la función visual no puede valorarse aisladamente para cada ojo.
La enfermedad ocular, sea de causa traumática o no, siempre acarrea en el individuo una especial connotación asociada a esta pérdida de capacidad de relación con el medio. Y, además, cómo órganos que están “al frente” en la realización de cualquier trabajo, los ojos serán, como iremos viendo, órganos afectados – por diversos mecanismos que analizaremos- en los accidentes laborales.
Los traumatismos no son la primera causa de ceguera, -por delante están enfermedades médicas de la retina, cataratas no traumáticas y uveítis no traumáticas-, pero alrededor de medio millón de ojos dejan de ver en el mundo como consecuencia de traumatismos oculares, y los accidentes en los ojos suponen aproximadamente el 10% de los traumatismos corporales.
En España los traumatismos son la primera causa de pérdida anatómica del globo ocular Los traumatismos oculares de origen laboral representan el 23% de los traumatismos oculares y son la causa más frecuente de traumatismo ocular frente a otras etiologías: accidentes domésticos (22%), ocio(16%), tráfico (14%), deporte (10%) y agresiones (10%). (10)
El descuido y la desidia, por otra parte, en el empleo de los equipos de protección adecuados están frecuentemente implicados en el desarrollo de estas patologías.
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